Comenzaré contándoles que conocí de su existencia gracias a una amistad que tuve por Facebook y que colocaba fotos de dicho puente, y lo más fascinante de todo, comentó la historia que se cuenta de él. Fue después de un viaje que hice con mi familia hacia la Gran Sabana, estaba muy pendiente de verlo por nosotros mismos, y en realidad se ve majestuoso, aunque me dio tristeza verlo en medio de la nada, abandonado.

El puente colgante, sobre el Río Cuyuní, es sin especular una atracción para muchos viajeros como yo que transitan la carretera troncal 10. Se encuentra entre las poblaciones de Tumeremo y Las Claritas, que conectan a Ciudad Guayana con la Gran Sabana. Se preguntan, ¿cómo semejante estructura esta olvidada en este lugar tan alejado?

Puente colgante en la Gran Sabana

Un poco de la historia

Este puente de acero atraviesa el Río Cuyuní y se encuentra muy cerca de la población del Dorado. A finales de los años veinte, el gobierno de Venezuela en la época del gomecismo (1908-1935), planeó que serían dos puentes colgantes: éste que se ubica sobre el Río Cuyuní en el Estado Bolivar, y el otro, sobre el Río Torbes, con el nombre de “Puente Libertador”, que une a la ciudad de San Cristóbal con la población de Táriba, y fue inaugurado el 17 de diciembre de 1930.

El puente fue un diseño de Gustave Eiffel entre los años (1832-1923), gracias a un contrato que realizó el gobierno de Venezuela para adquirir estos puentes colgantes de hierro. La obra originalmente fue ensamblada sobre el río Guárico en el sector de El Sombrero, y cumplida su función fue desmontado y enviado al municipio Sifontes.

Se dice también, que este puente prefabricado iba en barco de carga hacia el Perú pero el barco se averió en aguas venezolanas, y como en esa época no se contaba con los recursos necesarios para poder cancelar el flete, y al no llegar a su destino, entonces fue rematado e instalado donde menos se esperaba. Gracias a esta estructura se alcanzó un desarrollo turístico y empresarial a la población más cercana que en El Dorado, Santa Elena de Uairén y a la Gran Sabana. Las empresas comenzaron a hacer inversiones en sectores como la maderera, y por supuesto, la minería. Al paso del tiempo, el sector turístico comenzó a florecer y este puente sería una de las atracciones por ser un diseño del famoso Eiffel.

En el abandono

El puente se encuentra en total abandono, y hace 15 años se construyó otro a su lado, más moderno, el cual ha dejado a esta belleza de la ingieniería en un abandono doloroso. Han existido muchas propuestas para su recuperación, se propuso llevarlo hasta Ciudad Guayana para armarlo en el Parque Nacional La Llovizna, pero sus habitantes se opusieron a que esto sucediera; trascendió que el gobierno del Estado Guárico quería tenerlo de regreso y tampoco ocurrió.

Puente colgante en la Gran Sabana
Foto propia: Familia Dávila Larreal

Por el año 1990, el gobierno de Francia trató de comprarlo para que fuera instalado en un museo en Londres, que se hizo como homenaje al creativo ingeniero francés, pero nuevamente el pueblo se opuso. Fue nombrado Monumento y Patrimonio Arquitectónico Municipal por el alcalde Amelio Cabeza, allá en el periodo de 1993-95.

Para el ingeniero francés fue normal la fabricación de puentes en lugares alejados de su Francia natal. Órdenes de compra con nombres como la Conchinchina, Arica, Manila o Saigón, fueron solo algunos de los que figuraron en los contratos y órdenes de compra de su compañía. Cuyuní, Yuruary, Esequibo, Guayana o Venezuela no deberían de haber sonado especial. Al menos suena mucho la leyenda de que en la Guayana ronda mucho el nombre Eiffel, y ya con eso es más que suficiente.

Algunas sugerencias que actualmente se le hacen a los turistas, es que busquen en alguna parte entre la estructura de hierro, el sello de la empresa que diga Societe de Construcción Levallois-Perret, o simplemente Gustave Eiffel Et Cie.

En Venezuela estas estructuras eran consideradas obras de arte, los ingenieros venezolanos (adelantados a los arquitectos en un siglo de operaciones en el país), tomaron para sí las palabras de Eiffel. “Porque nosotros ingenieros creemos que la belleza no nos preocupa en las construcciones que hacemos, y lo solido y duradero no puede ser a su vez tener fuerza y que se den las condiciones que den la armonía”.

Cabe destacar la existencia de algunas otras estructuras como la vía del ferrocarril Caracas-La Guaira y sus nueve puentes, que también son considerados obras de arte, de los cuales cuatro eran de hierro. De los puentes colgantes legendarios destacan el de la carretera de Agua Caliente, de Alberto Lutowski, o el Guire de 1873, de Luciano Urdaneta, así como otros construidos: el techado sobre el Quinimarí, en San Cristobal, o el que está el Yuruary, en El Dorado.

Aunque muchas investigaciones dan como falsas las afirmaciones de que el diseño de este puente colgante sería del famoso francés, solo tenemos que estar conscientes de que este tipo de estructuras deben ser recuperadas para el deleite y disfrute de generaciones futuras.