Las semillas de chía son un alimento muy potente y una excelente fuente vegetal de ácidos grasos poliinsaturados. Fáciles de integrar en la dieta habitual y además sirven para sustituir al huevo en la cocina vegana. En la actualidad los beneficios de esta semilla (como alimento funcional), contribuyen a la prevención de enfermedades cardiovasculares por sus ácidos grasos omega 3, disminuye los síntomas del estreñimiento, por su contenido en fibra, además de aportar vitaminas y minerales que promoverán el buen funcionamiento del organismo.

Estas semillas fueron un grano importante para la civilización de México antes de la llegada de los españoles; se usaba como alimento y para la elaboración de productos medicinales.

Semillas de chía ayudan a proteger tu corazón

En éstas encontramos un alto contenido de fibra, tanto soluble como insoluble, lo que nos ayuda a mantenernos saciados y a regular el tránsito intestinal, también posee una gran cantidad de antioxidantes. La chía (salvia hispánica) es una planta oleaginosa, aromática herbácea que pertenece a la familia de la Labiatae lampaceare (labradas), al igual que la menta, el tomillo, el romero y el orégano.

Sus propiedades son múltiples, contienen ácidos grasos esenciales instaurados, entre los cuales destaca 60% el alfa-linoleico (omega 3) y 20% de linoleico (omega 6). Contiene antioxidante como el ácido cafeico y dinámico; junto con flavonoides (miricetina y kaempferol), disminuye el estrés oxidativo y la inflamación presentada en el síndrome metabólico. Aporta efectos terapéutico en patologías, como la arteriosclerosis, el cáncer y la cardiopatía isquemia.

Algunos beneficios de la semilla de chía:

1.- Protege el corazón y reduce el colesterol. Esto se debe al elevado contenido de omega-3, un ácido graso esencial con propiedades antiinflamatorias, atitrombóticas y vasodilatadores que ayuda a regular la presión arterial y el colesterol en la sangre.

2.- Regula el transito intestinal, su alto contenido de mucílagos, un tipo de fibra soluble que crece en contacto con el agua, la cual hace que las semillas de chía multipliquen por diez su tamaño en el tracto digestivo y que presionen las paredes intestinales. De ese modo, estimulan el movimiento de los intestinos y mejoraron el estreñimiento. Esos mucílagos crean a su vez una red viscosa que hidrata y lubrica el tubo gastrointestinal, lo que facilita también la expulsión de las heces. Es un buen complemento en la alimentación de diabéticos.

3.- Ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre en general, pues la fibra captura parte de esos azúcares y los libera lentamente, lo que evita que haya picos de glucosa e insulina en sangre. Es recomendable incorporar las semillas en compotas de fruta, en pudines de fruta o en cocidos de legumbres y cereales.

Semillas de chía ayudan a proteger tu corazón

4.- Pérdida de peso: dentro de los beneficios está el de ayudar en el proceso de pérdida de peso, esto es debido a que llena el estómago y produce la sensación de saciedad, gracias a su gran capacidad de absorber líquidos, de igual manera como regula los niveles de azúcar en la sangre, ayuda a evitar los antojos por los dulces.

5.- Protección antioxidante: posee una alta concentración de fenoles, unos antioxidantes que frenan hasta un 70% de la actividad de los radicales libres. Esto ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro de la piel y a reparar los tejidos musculares.

6.- Cuida los huesos: con solo 30 gramos de chía obtenemos el 20% de la cantidad de calcio recomendada, un mineral indispensable para mantener la masa y estructura ósea. También aporta boro, que ayuda a metalizar el calcio.

Semillas de chía ayudan a proteger tu corazón

Como consumir la semilla de chía: se remoja la semilla de chía en un recipiente y se cubre con agua. Evidentemente en este paso no gastarás el litro entero de agua, solo la cantidad necesaria para cubrir todas las semillas. Reserva el resto del agua para más adelante. Deja las semillas en remojo una hora para que se reblandezcan y crezcan. Mientras tanto, coge otro recipiente y vierte el agua que sobró del paso anterior. Agrega el zumo de los limones y mezcla bien. Si no tienes limón, puedes utilizar zumo de lima, el resultado será muy similar. Puedes endulzarlo con algún endulzante natural y por último se revuelve muy bien.