Para aquellos que siempre han pensado que esta práctica es cosa de monjes tibetanos, que son los que tienen capacidad de meditación para poder, de cierta forma, tener algo de control sobre los pensamientos negativos, déjeme decirles que no hay nada más lejos de la realidad.

Esta capacidad de poder controlar los pensamientos negativos está siendo investigada por la ciencia, y los científicos han decidido estudiar casos en los que el poder controlar la propia mente, ha ayudado con los tratamientos a los que la persona esté siendo sometida por cualquier enfermedad.

A esta ciencia en la antigüedad se le daba el nombre de “efecto placebo”, un fenómeno que ha sido el eje de miles de investigaciones científicas, aunque los griegos la usaron en la antigüedad durante siglos y le decían la “mentira compasiva”.

Pero con el pasar de los años la ciencia moderna ha dejado de pensar de esa manera, cuando los científicos creían y que solo eran cosas de superchería; ahora, están considerando esta práctica como un objeto de estudio para el beneficio de la salud.

Aquí voy abrir un paréntesis y hablarles de mi caso en particular: en el año 2014 fuí diagnosticada con cáncer de mama en etapa temprana, y el saber algo así cambia la forma en la que ves la vida. Pero lo que quiero contarles es que, tras saber lo que tenía ya decido enfrentar, luchar con el miedo que se apoderaba de mi mente fue lo más difícil.

En esos momentos, una de mis sobrinas me dijo “tía, controla tu mente y piensa en que te curarás”. Así empecé a investigar cuál sería el mejor método para hacer precisamente eso, y empecé a ayudar a mi cuerpo a través de mis pensamiento positivos, al mismo tiempo que comencé con el tratamiento de quimioterapia y radioterapia. Aquí estoy 8 años después.

Una de las cosas que recomiendo es que, antes de hacer cualquier limpieza mental y antes de comenzar con los pensamientos positivos, lo primero que debes hacer es perdonar y perdonarte a ti mismo. Si sientes la necesidad de pedir perdón a alguien no te detengas, hazlo para comenzar el proceso con la mente despejada; podrás llenarte de energía y será de mucha ayuda.

Las meditaciones que realicé las hacía con audios sanadores y los escuchaba incluso mientras dormía, porque tu cerebro sigue trabajando aunque estés durmiendo. Y los científicos han encontrado evidencias sobre lo importante que son nuestros pensamientos, emociones y creencias, y que podemos beneficiarnos de ellos para luchar con cualquier enfermedad. Por ejemplo, se escribió un libro en 1955 llamado The Powerfiel Placebo, luego de haber estudiado a más de mil pacientes y se llegó a la conclusión de que el 35% de los síntomas se aliviaron con la técnica del placebo.

Dicha técnica también ha tenido éxito con síntomas en enfermedades como la depresión, y han ayudado con los síntomas contra el Parkinson, para que este pueda ser más llevadero.

Pero y, como siempre, recomendamos que antes consulten a sus médicos de cabecera.