Aunque no ha sido comprobado científicamente, muchos pacientes receptores de órganos reportan que después de la operación han desarrollado habilidades y conocimientos que antes no poseían, incluso algunas personas han descrito situaciones específicas que ocurrieron al donante sin conocerle. Se trata de una especie de memoria que tienen los órganos y que no se reflejan en todos los receptores, pero sí en muchos que tienen la capacidad de introspección y sensibilidad para ser conscientes de cada órgano de su cuerpo.

Un caso en especial relata el doctor José María Caralps en España, acerca de un paciente que recibe el corazón de un hombre que había sido asesinado de un disparo en la cabeza, fue diagnosticado con muerte cerebral pero su corazón fue donado a otro hombre, que con el transcurrir de los meses fue teniendo sueños y visiones de un asesinato igual al de su donante, logrando hacer un retrato hablado que concluyó en la detención del criminal. Asegura que se trata de la memoria celular que guarda información y energía.

El debate es álgido sobre este tema, llama al testeo de receptor con características del donante y aunque hay muchos testimonios, la comunidad científica está dividida, para muchos médicos el corazón por ejemplo, guarda momentos donde ha sufrido para que cuando vuelva a ocurrir algo similar sepa cómo afrontarlo; sin embargo, sería únicamente el cerebro el único órgano que tiene capacidad de generar conocimiento consciente, no sería el corazón capaz de tomar el mando cuando el cerebro este imposibilitado, en torno a esto marchan las diferencias.

¿Mi vida cambiaría si recibo un órgano de otra persona?

El Dr. Paul Pearsall, psiconeuroinmunologista de la Universidad de Hawái y Asesor de la Universidad de Arizona, completó un estudio sobre órganos trasplantados y memoria celular en receptores de corazón, preguntándose si se transfieren comportamientos, gustos y hábitos. Asegura que según “La teoría de los sistemas vivos, todas las células vivas poseen memoria y subsistemas funcionales, que deciden dentro de ellas”, además “la reciente teoría de los Sistemas Dinámicos de Energía, proporcionan una lógica convincente que predice que todos los sistemas dinámicos almacenan información y energía en diversos grados”. Su libro “El Código del corazón”, relata 73 casos de pacientes trasplantados de corazón y otros 67 receptores de otros órganos. En especial menciona a Claire Sylvia, trasplantada de corazón que alega cambios en sus gustos, hábitos, estilo de baile e incluso sueños que tienen relación con la vida del donante. Otro trasplantado afirma que además de los cambios en gustos, rutinas y hábitos, llegó más allá, pues mantuvo una relación sentimental con la pareja de quien fue el donante de corazón.

Pearsall afirma que “información y energía son la misma cosa. Todo cuanto existe tiene energía, la energía está llena de información y la energía almacenada conforma la memoria celular”.

¿Mi vida cambiaría si recibo un órgano de otra persona?

 

Visto esto es importante que el receptor conozca la vida del donante, además de ser consciente dentro de sí acerca de sus órganos. Y yendo más allá valdría la pena concientizar acerca de la donación de órganos, quizá sea una extensión de nuestra vida el que alguien pueda sobrevivir con parte de nuestro ser.