El sorpresivo anuncio de la fundación de la Superliga de Europa dejó a todos en el mundo deportivo estupefactos. Lo que parecía ser su inminente consumación provocó una ola de opiniones y protestas nunca antes vistas en directivos, entrenadores, jugadores, periodistas y fanáticos, siendo estos últimos los más consternados, de los que resaltan – una semana después de lo sucedido – los fanáticos del Liverpool.

A pesar de que la Superliga no tuvo ni un día de existencia, ya que la mayor parte de los doce clubes que iban a conformarla se bajaron del proyecto por las protestas mundiales en su contra al día siguiente de su anuncio, los fanáticos de los clubes involucrados siguen preocupados por el accionar de las instituciones que siguen, destacando el Spirit of Shankly, el mayor grupo de fanáticos del Liverpool.

Por medio de las redes sociales se difundió un comunicado del Spirit of Shankly, donde el grupo explícitamente rechaza las disculpas de los directivos del Liverpool por haber intentado formar parte de la Superliga. Los fanáticos establecen no creer en estas disculpas y exigen una reestructuración de la organización del club.

La polémica que causó la Superliga

La Superliga fue un intento – del que se considera aún está vigente – liderado por Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, el cual partía en fundarse con los 12 clubes más poderosos de Europa, para así organizar un torneo encapsulado que generara hasta cuatro veces más ingresos a estos clubes que los que se les percibe jugando la tradicional UEFA Champions League.

Casi inmediatamente, la alarma y rechazo del mundo deportivo se dio a conocer, siendo la FIFA y UEFA severas en sus posturas amenazando con penalizar contundentemente a los clubes involucrados. Si no fue suficiente esta respuesta de las federaciones, fue el accionar de los fanáticos en las calles las que hicieron recular a los 12 grandes.

Fanáticos piden que el Liverpool cambie de dueño

El equipo que nunca camina solo, aparenta estar caminando sin compañía de sus infalibles fanáticos, quienes muestran aún su rechazo por esta decisión de unirse a la Superliga y exigen que el club sea vendido, apuntando al dueño actual, el norteamericano John Henry, como haber expresado “lagrimas de cocodrilo” en sus disculpas y exigen cese la propiedad del club.

“El Liverpool no es una franquicia americana, es una comunidad basada en historia y tradición”, como establecieron en su comunicado, donde también expresan haberse sentido “traicionados” por la “avaricia y arrogancia” de su actual directiva, además de la “hipocresía” de la Premier League y las televisoras internacionales.