Creo que todos alguna vez nos hemos hecho esta pregunta, y es que en algún momento del día podemos decidir mirar el cielo y verlas; no todo el tiempo, claro, pero estoy segura de que sí las han visto. El caso es quise saber el por qué de ellas, y aquí les comparto lo que logré conocer al respecto.
En el aspecto informativo, les dan el nombre de estelas de vapor. Se las menciona en una de las tantas teorías conspirativas; del tipo que aparece en los artículos de alguna revista sensacionalista, donde sugieren que es la forma en la que algunos gobiernos descargan productos químicos, con la intención de envenenarnos.
Para muchos ya es cotidiano verlas en el cielo, pero aquí es donde entran los estudiosos sobre este tema. Para el año 1990, algunos observadores de estas estelas, las llegaron a llamar Chemtrails; una palabra inglesa, que proviene de la abreviación de las voces inglesas Chemical y trail, las cuales traducen literalmente al español como “estela química”. Algunas personas afirman que forman parte de un plan secreto que pretende modificar el clima, provocar enfermedades, controlar la natalidad o directamente acabar con la humanidad.
Dichas sustancias, según estos fanáticos de la conspiración, son químicos nocivas pulverizados, relacionados con el proyecto HAARP (High Frequency Active auroral Research program), investigación de auroras activas de alta frecuencia. Este aparentemente surgió en el año 1993 y se desmanteló en el 2014; creado para investigar cómo la ionosfera, la capa ionizada de la atmósfera terrestre, puede verse afectada por las radiaciones solares, y que va desde los 80 a 800 kilómetros de altura.
Lo que sucede realmente es que, cuando un avión que vuela a gran altura expulsa un chorro de gas, que normalmente alcanza los 1.000 grados, la temperatura de la atmósfera, que se sitúa a unos 55 grados bajo cero, provoca que el vapor de agua -al salir del motor- pase directamente del estado gaseoso a sólido, formando cristales de hielo que además reflejan la luz del sol intensamente. Por lo que, en definitiva, son nubes formadas por cristales de hielo, que pueden clasificarse como nubes cirriformes (del latín cirro, que sería rizo de cabello).
En año 2000, debido a las tantas teorías de conspiración, entidades oficiales, como la Agencia de Protección Ambiental (EPA) e incluso la misma NASA, emitieron un comunicado en conjunto, que puede ser consultado en la Web de la Federal Aviation administration, donde pueden despejar todas las dudas acerca de la formación de estas estelas de vapor. Como el hecho de que están compuestas de agua, y que no afectan para nada la salud de los seres humanos, pero sí que afectan la nubosidad de la atmósfera de la tierra y, por ende, pueden afectar las temperaturas atmosférica y el clima.
Seguiremos escuchando de estas y otras teorías conspirativas, esperemos que podamos información de las que se vayan desmintiendo.
