El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció este domingo de luto nacional, tras el lamentable fallecimiento de 45 personas en una celebración Judía, llevada a cabo el pasado jueves 29 de abril, al norte del país. Entre las víctimas se encuentran dos hermanos de 9 y 14 años, respectivamente, a quienes se les dió cristiana sepultura.
Para ponerlos en contexto, la ceremonia del monte Meron, en la región de Alta Galilea, cercana a la frontera con Líbano, tiene como ubicación la tumba del reverenciado rabino, Simón Bar Yochai -un místico del siglo II-, y suele desarrollarse durante toda la noche y la madrugada del Lag Baomer, con fogatas conmemorativas. Los asistentes son hombres, ya que las mujeres deben acudir a zonas segregadas, acatando la religión judía.
El primer mandatario dijo que se realizará una investigación exhaustiva y que gran parte de los cadáveres encontrados aún no han podido ser identificados; de hecho, se ha vuelto muy penoso el reconocimiento.
Como consecuencia de esta desdichada tragedia, el Gobierno ha cancelado una reunión prevista para la jornada de este domingo, y tanto los conciertos como eventos deportivos han sido pospuestos. Se pidió a la población que “no difunda rumores” sobre las identidades de las víctimas. “Dejen trabajar a las autoridades”, han apuntado, según lo informado en el diario ‘The Times of Israel’.
Por su parte, el fiscal general de Israel, Avichai Mandelblit, anunció que el Departamento de Investigaciones Internas de la Policía (PIID), del Ministerio de Justicia, esclarecerá si se ha producido una negligencia por parte de los agentes.
La intención original era que los fieles fueran subiendo al monte Meron en grupos de 3.000 personas, sin permitir que subiera una nueva tanda hasta que bajara la anterior. Sin embargo, no quedó claro quién se haría cargo de controlar el acceso de acuerdo al protocolo por pandemia.
Lo cierto es que los temas a investigar no son nuevos -según el comentario que se ha generalizado este viernes-, pues resulta extraño que un horror como este no haya sucedido antes, ya que la infraestructura en el monte Meron no está concebida para tales multitudes.
La razón principal de la tragedia ya está clara. Personas que bajaban por una escalinata estrecha, al frente de una enorme multitud, se resbalaron y comenzaron a caer. Quienes venían por detrás, también por una rampa resbaladiza, no lograron detenerse y las distintas filas fueron cayendo unas sobre otras, provocando una enorme avalancha en la que muchos resultaron aplastados.
Muchos de los heridos fueron trasladados en helicópteros militares a distintos hospitales del país. El Ejército movilizó centenares de soldados y unidades médicas en el rescate después de que la policía y sanitario civil colapsaran. Socorristas, agentes y militares declararon como sintieron horror ante la magnitud de la tragedia. Incluso algunos desfallecieron.
Fuente:
