En 1770, una peste azotó a Caracas, acabando con la vida de muchos pobladores de Chacao, al este de la capital, para ese entonces solo las oraciones del sacerdote de San José, José Antonio Mohedano, y la fe de las personas podían ahuyentar la enfermedad.

En su sermón dominical les decía a los fieles que subieran al Ávila, Pulmón vegetal que rodea a Caracas y trajeran muchas hojas de la Palma Real para bendecirlas el día Domingo de Ramos.

Así lo hicieron, y con mucho fervor se encaminaron los más fuertes para subir la montaña, entre rezos y oraciones para que la peste cesara y los dejara en paz. Transcurrieron tres días y las palmas fueron llevadas a los hogares de los enfermos, cada familia hizo una cruz que colocó en sus puertas y cuando llegó el Domingo de Ramos, los enfermos sanaron milagrosamente.

La tradición de Los Palmeros de Chacao no se ha detenido, y el viernes previo al Domingo de Ramos, cientos de personas de todas las edades repiten el ritual, suben y bajan de la montaña con las verdes hojas de palmas. La recolección se hace en un sector conocido como Cueva de los Palmeros, por la entrada de Sabas Nieves, y llevarlas a bendecir para la tradicional fiesta del Domingo de Ramos. Esta tradición revive el pasaje de la Biblia en la entrada de Jesús a la ciudad de Jerusalén y es la motivación que les permite continuar de padres a hijos.

Esta cofradía que data del siglo XVIII, ha sido declarada Bien Cultural de la Nación y actualmente es coordinada por la Alcaldía de Chacao, dando el debido respeto al medio ambiente, ya que cada año se plantan nuevas palmas para mantenerlas y no deforestar el área, donde anualmente suben al menos 300 personas. Entre ellos hay coordinadores, cocineros, cuidadores, y los que escalan la palma, todos deben cumplir con una preparación especial en cuanto a lo religioso y en la relación con la montaña, ya que se encuentra en un Parque Nacional susceptible a incendios en temporada seca, es por ello que solo suben palmeros mayores de 12 años con su representante.

Ser palmero se inicia con la niñez y existen publicaciones que lo avalan como “Palmeritos”, “Ser Palmero volumen 1 y 2” escritos por el Sr. Luis Reyes Patrimonio del Estado Miranda. Se dice que ver el Ávila es recordar a centenares de hombres y que todo palmero fallecido vivirá por siempre en la montaña y antes de subir le piden a esas almas o también llamados “Muñecos”, que los protejan. Además se han constituido en Asociación Civil sin fines de lucro y realizan durante todo el año labores ecológicas, educativas y culturales en el municipio y en el Wuaraira Repano como también se le llama al “Parque Nacional El Ávila”.

El 2020 y 2021 han significado un alto para los palmeros, bajar la palma real con bailes, cantos, alabanzas, alegría, danzas, escenas folclóricas y mucha fe, no ha sido posible por el confinamiento en pandemia, una abrupta interrupción de la tradición de más de 230 años. La Palma Bendita es símbolo de identidad del pueblo, y en el año 2019 fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Ahora pedimos a Dios todopoderoso que al igual que al principio vuelva la salud de cuerpo y alma para los venezolanos.

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