Tradicionalmente el hombre trabaja para obtener los medios de pago (dinero), que le permitan cubrir sus necesidades básicas y las de su familia; sin embargo, a lo largo de la historia se han establecido jornadas de trabajo muy largas a todo nivel, para hombres, mujeres y hasta para niños.

Desde 1810 Robert Owen difundió un trabajo en proporción a la calidad de vida, asomando la idea de 8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de recreación; sin embargo, las jornadas iban de 12, 16 y hasta 18 horas, asunto que fue convirtiéndose en un problema por las múltiples protestas que se suscitaron, hasta que para 1866 se promulgó la ley que fijó en 8 horas de jornada laboral para todos los Estados Unidos.

¿En qué se basaron para la propuesta?

Islandia llevó a cabo entre los años 2015 y 2019 las pruebas con 2,500 empleados de la administración pública, aplicando jornadas que iban de 35 a 36 horas semanales sin disminuir sus ingresos, lo que arrojó los siguientes resultados:

Reducción de la jornada laboral vs productividad

  • Mejora el bienestar del trabajador
  • Equilibrio entre la vida laboral y la personal
  • No fue necesario hacer horas extras
  • Cumplimiento de los objetivos
  • Eliminación de tareas innecesarias
  • Cambios en los turnos para beneficiar la producción y al trabajador.

Los trabajadores, objeto de estas pruebas se sintieron mejor físicamente, relajados y sin estrés, pudieron dedicarle tiempo a su vida personal y familiar, beneficiando directamente su relación con el trabajo, haciéndolo más eficiente, logrando un sentimiento de estima y consideración por parte del patrono, y generando pertenencia y apego a su labor, sin descuidar otros factores personales que se dejan de lado por las largas jornadas de trabajo.

Desde que se anunciaron los resultados, los sindicatos han comenzado conversaciones para establecer estar jornadas de 4 días, pensando en el beneficio de la persona, y quienes no lo han hecho tienen derecho a solicitarlo, y será el sector público el pionero en hacerlo.

En ‘pro’ y en ‘contra’                          

Si bien la condición de confinamiento por la pandemia ha tenido al mundo en un constante “parar y seguir”, algunos países no se sienten cómodos con estas pruebas, como el caso de Alemania, donde alegan que podrían aplicar la reducción, disminuyendo el sueldo para ser equitativos.

En Japón, por ejemplo, desean impulsar la economía con tiempo para casarse y tener hijos, tiempo para vivir y salir a “gastar”, cuidar a los adultos mayores y reactivar el país; además la conectividad permite integrar a las personas a trabajos en línea y participar en la economía. Schulz, jefe de políticas de la Unidad de Inteligencia de Mercado Global de Fujitsu Ltd, ha dicho: “los empleados han demostrado que no necesitan estar en una oficina cinco días a la semana y hasta altas horas de la noche para seguir siendo productivos”.

Reducción de la jornada laboral vs productividad