Se aproxima el plazo permitido en Europa, las leyes de homologación han dado paso a muchas empresas de restauración que ofrecen este servicio a todo tipo de vehículos, en especial a los clásicos, cuyo consumo de combustibles no es rentable.

La desventaja es el elevado costo de los proyectos para llevarlo a ser eléctrico y obtener el permiso o etiqueta CERO (respetuoso con el medio ambiente), que tiene un costo aproximado de 12,000 euros, solamente en componentes básicos, sin sumar mano de obra, restauración, adecuación, entre otros. Estos montos están considerados para vehículos de mucha demanda, pero cuando se trata de clásicos, los costos rondan entre los 354 mil euros.

Si se tratase de un Jaguar XK120b, ‘Lunaz Design‘ (empresa ubicada en Silverstone, UK) por ejemplo, un vehículo diseñado en los años 40 por William Heynes, será convertido usando una potencia de 280 kilovatios (375 caballos de fuerza), con aceleración de 0 a 100 en 5 segundos y autonomía de 400 kilómetros, y paquete de baterías de 80 kilovatios por hora, con un valor inicial de 355 mil euros, sólo en los elementos más básicos.

Vehículos “retrofit”, buscando ser amables con el medio ambiente

Volkswagen

Este vehículo de gran demanda en México, también merece ser convertido a eléctrico, y muchas empresas ya lo están haciendo con variante de techo cerrado o convertible, conservando la caja sincrónica, con un rendimiento de 61 kilovatios, batería de iones de litio de 48 kilovatios por hora, y su peso liviano equivale a 300 kilómetros de autonomía.

Su adecuación estaría entre los 74,900 hasta los 154,900 euros, de acuerdo a las exigencias del usuario; con ese precio disfrutaría de luces LED, tapicería de cuero, asientos eléctricos, cierre centralizado, equipo de sonido, pantalla táctil, cámara trasera y dirección asistida.

Vehículos “retrofit”, buscando ser amables con el medio ambiente

 

Aunque muchos amantes de los vehículos extrañaran el sonido y el olor característico de sus autos, esto debe quedar en el pasado, sin pensar que sea una aberración. A mi modo de ver, es una oportunidad de vida para no dejarlos en el olvido, y aunque las adaptaciones tienen un alto costo, son una alternativa para continuar en las carreteras y no ir directo a la deshuesadora de vehículos.

En algunas ciudades los vehículos antiguos o contaminantes, no tienen permitido circular en sectores específicos, mientras que en América Latina aún se hacen conversiones de gasolina a gas o gasoil, debido al alto costo del combustible. La carrera hacia la disminución de gases invernadero nos lleva a nuevos retos, y el de los vehículos eléctricos son las baterías.

Adaptarnos a los cambios es un proceso casi obligatorio, pero lleva su tiempo. Un artículo de Bloomberg NEF para la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente, arrojó que equiparar un vehículo de gasolina con uno eléctrico se suavizará a partir de 2026, aliviando el bolsillo de los compradores y dando una tregua a los vehículos que no queremos desechar.

Vehículos “retrofit”, buscando ser amables con el medio ambiente