La pandemia del COVID-19 ha sacudido al planeta en todos los sentidos, además de tratarse de un virus que paralizó a la humanidad a nivel global y que causó múltiples decesos, la economía se ha visto afectada al restringirse el acceso a varios lugares y establecimientos para evitar contagios. La manera en cómo pacientes y médicos se trataron y vieron consultas cambió para siempre también, abriéndole paso a la telemedicina.

A pesar de que la telemedicina ha existido desde hace décadas, logrando pacientes y médicos comunicarse vía telefónica, en esta era y a causa de los escenarios arrojados por la pandemia la tecnología ha tomado el lugar para crear un nuevo nivel de optimización en el proceso de diagnóstico y tratado de enfermedades a nivel global.

El contraste de experiencias y ambiente entre las ciudades y zonas rurales denota la diferencia en cuánto al concepto y familiarización que se tiene con respecto a la telemedicina. En zonas rurales, donde los pacientes encuentran mayores eventualidades para una consulta personal con un doctor, consultarse de manera remota es algo conocido.

En el caso de los ciudadanos que hacen vida en urbes de amplias dimensiones, una consulta médica de 30 minutos puede pautarse tranquilamente previo, durante o luego del horario laboral en un centro médico a pocas cuadras del trabajo u hogar. Por ende el término de telemedicina no es uno del todo familiar para estas personas.

El hecho es que la imposibilidad de ir a clínicas u hospitales debido a restricciones impuestas por cuarentena o por el alto riesgo de contagiarse al entrar a recintos médicos llevó a los pacientes a esperar en la comodidad y seguridad de sus hogares, el médico se comunicaría con el paciente de modo remoto por llamadas telefónicas, mensajería o videollamadas.

La telemedicina se convirtió en norma y se comprobó que fue un rotundo éxito. La única eventualidad que se presenta es que… Pues, no existían plataformas dedicadas a este rubro y se tuvo que improvisar mediante las vías de comunicación, control, diagnóstico y plataformas de pagos que se encontraban en el momento de la consulta.

Ante una comprobada demanda y resultados causados por la pandemia del COVID-19, los emprendimientos dedicados al desarrollo de tecnología para telemedicina han crecido exponencialmente, haciéndose presentes no solo en los países desarrollados sino también en Latinoamérica, África y zonas de Asia.

Estas nuevas aplicaciones de telemedicina que surgirán más pronto que tarde constituirán un cambio que se ha venido efectuando de manera improvisada y ayudará a apaciguar la insostenible carga de hospitales colapsados en tiempos de crisis, como es el caso de desastres naturales, epidemias locales, climas adversos y, por supuesto, pandemias.