Se está escuchando mucho este término “Inteligencia Artificial”, pero vamos, esto no es nuevo y es que esta herramienta, que muchos califican de potente y misteriosa, lleva conviviendo con nosotros desde hace años, pero que, a pesar del tiempo, todavía está en una fase inicial.
La Revolución de la Inteligencia Artificial y su Potencial
Todo indica y apunta maneras de que será una revolución tal y como lo fue internet en su momento, y ya tenemos unas décadas con ella en nuestras vidas. Algunos expertos estarían analizando sus pros y contras, veamos qué dicen al respecto.
¿En qué consiste? Bueno, los rasgos de la IA son una combinación de algoritmos que plantean un propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que nosotros, los humanos, y se nos viene a la mente esa famosa película llamada “El exterminador”.
Aplicaciones de la Inteligencia Artificial y sus Implicaciones Éticas
Bueno, para simplificar, sus creadores tratan de utilizar ingentes (muy grandes) cantidades de datos para que esas máquinas sean utilizadas y así nuestras vidas sean “más fáciles”. Uno de los que está llamando al peligro de todo esto es Joan Marcual, profesor de Ciencia de Datos de la Universidad Carlemany, nos dice que un ejemplo de IA serán los asistentes de voz como Siri (Apple), los programas para aprender idiomas y los Chatbots interactivos que son utilizados en restaurantes, hoteles o agencias de viajes. A ellos se estarían uniendo la tecnología para la salud y se utilizaría para ofrecer un diagnóstico a partir de la información que le sea proporcionada por el paciente, en el caso del comercio donde surgirían compras en función de adquisiciones pasadas o proponer cursos basándose en los que ya se han realizado.
En el campo de la educación, los Chatbots tienen un potencial muy bueno, y es que personalizarían la atención de los profesores hacia cada estudiante, lo cual sería de gran ayuda para aquellos estudiantes más necesitados de atención, ya que ayudaría a aquellos alumnos con miedo a preguntar. Es buenísimo y esto ayudaría tanto a profesores como alumnos.
Los contras, como siempre, es que esta herramienta puede ser usada de forma fraudulenta, para resolver actividades, deberes y exámenes, y sería difícil de detectar. Aquí entraría la ética de cada persona. Puede considerarse un arma de doble filo, y es que esta tecnología tan poderosa puede caer en manos con malas intenciones y nos causaría una auténtica desgracia.
Fuente: Revista Mia
