La cultura del fútbol mundial está cambiando radicalmente, dejando de lado los clubes de tradición y socios. El crecimiento histórico de un club, desde su fundación y emprendimiento deportivo ligado directamente a una gestión administrativa que surfee las dinámicas de los mercados, está quedando de lado. La llegada de los petrodólares ha tornado el rumbo de la historia futbolística a otra dirección.

Antes, hasta mediados de la década de los 2000, los clubes eran grandes, medios y pequeños – tomando una máxima categoría de competición como muestra estadística –. Hoy en día, un peldaño extra, casi de manera omnipotente, se postra por encima de lo que antes creíamos conocer era todo en el deporte más practicado en el planeta: el presupuesto ilimitado.

La marca de la UEFA Champions League 2020-2021

Pronosticar que el futuro del fútbol está en esta nueva categoría de los “ilimitados” o los “petroclubes”, podría ser erróneo. Es posible que de hecho el presente del balompié de élite esté siendo abordado por estos clubes, y muestra de eso es constatar cuáles clubes jugarán las semifinales de la UEFA Champions League de la presente edición.

Paris Saint Germain, Chelsea y Manchester City se mantienen en la órbita del sustento de ingresos petroleros. Irónicamente, viviendo de la apariencia de clubes poderosos, entre estos tres sólo el Chelsea logró consagrarse campeón de la Champions una sola vez.

El primer club de este “club” es el Chelsea, adquirido en el 2003 por Roman Abramovich, quien en momento de la compra era dueño de la petrolera Sibneft, dos años después la vendió a Gazprom. El Chelsea llegó a dos finales de la Champions, la primera en el 2008 perdiendo contra sus acérrimos rivales, Manchester United y la segunda ganada en el 2012, cuando vencieron al Bayern Munich.

Por otra parte están el PSG, comprado por Qatar Sports Investments en el 2011, fondo de inversión con los ingresos de las petroleras qataríes. El Manchester City, del City Football Group, ligada directamente a línea real de Abu Dhabi.

La contingencia fallida

Se estima que los tres clubes han invertido hasta cinco mil millones de dólares en fichajes en la última década. Resaltando que los tres han tenido un desempeño descomunal dominando sus respectivas ligas domésticas, pero aún con los asteriscos de no haber ganado la Champions League – a excepción del Chelsea en el 2012-.

Las actuales semifinales de Champions son una muestra de lo que puede ser el hito definitivo en el cambio de rumbo del fútbol, donde los clubes de los socios se vean desplazados en poder por los clubes bancados ilimitadamente por fondos de inversión que manejan dinero de petroleras.

Algunos lo tildan de frívolo y que la tradición del deporte se ha perdido. Otra viva evidencia del desequilibrio de presupuestos en la máxima categoría del fútbol mundial ha sido el intento del Fair Play Financiero impuesto por la UEFA a estos clubes de máximo calibre. Y por si fuera poco, el catastrófico intento de la Superliga de Europa que sacudió el mundo deportivo en un par de días.

El presente del deporte más practicado en la Tierra está definido por el poder de los petrodólares y su inminente influencia al estar en un peldaño por arriba de los que durante cien años habían sido los más grandes. El futuro que deparará en la evolución del fútbol es impredecible, solo se puede esperar que los clubes de tradición y la participación de los socios sobreviva a cualquier tendencia del destino.