La Corte Suprema de los Estados Unidos demandó a Nestlé SA y Cargill Inc por participar a plena conciencia en la esclavización en granjas productoras de cacao en Costa de Marfil. Esta sentencia confirma las especulaciones alrededor de una demanda previa del 2016 donde Nestlé era acusada de perpetrar esclavitud infantil en el país africano.

En un principio, durante el 2016, el Supremo rechazó le desestimación de Nestlé y otras dos compañías de tal demanda. El origen de la demanda se remonta al 2014 cuando fue emitida por el tribunal de apelaciones de San Francisco. En dicha demanda formaron parte víctimas de la esclavitud infantil en el continente africano.

Los demandantes, originarios de Malí, sostuvieron que compañías multinacionales como Archer Daniels Midland, Cargill y Nestlé instigaron violaciones de derechos humanos al participar en el mercado de cacao de Costa de Marfil, teniendo pleno conocimiento del uso de mano de obra infantil – condenado internacionalmente como esclavitud infantil -.

La información suministrada explica que las trasnacionales, en las que se incluye Nestlé como la multinacional agroalimentaria más grande del mundo, suministraron asistencia técnica y financiera a estas granjas marfileñas buscando un bajo precio del cacao.

Desde el descubrimiento de América, el cacao ha protagonizado un mercado masivo que desde el primer momento empezó a explotarse. El consumo del cacao no ha decrecido, demandando más de 4.7 millones de toneladas al año. Sin embargo, un decrecimiento de su precio se ha presentado pasando de los $4.000 por tonelada en la década de los setenta a $2.400 – $2.500 en la actualidad.

Como una bola de nieve que incrementa su tamaño al caer por la ladera, las consecuencias de un decrecimiento del precio por tonelada han sido graves en los dos principales productores de cacao del mundo: Costa de Marfil y Ghana. Ante esta problemática en los precios del cacao es deducible la búsqueda de mano de obra ilegal y barata para recortar costos de producción.

Los rumores y señalamientos hacia las multinacionales de colaborar con la esclavitud infantil en ambas naciones se remontan a décadas. Maniobrando para esquivar las demandas, estas compañías recurrieron frecuentemente a una sentencia del 2013 aprobada por el Tribunal Supremo, en la que se dificulta el poder demandar a estas compañías por violaciones fuera del territorio norteamericano.

A pesar de la demanda contra Nestlé y demás compañías de ayudar “indirectamente” a la esclavitud infantil en Costa de Marfil y Ghana para explotar cacao, se desestimó una petición para una sentencia más grave que los penaliza por participar en violaciones de derechos humanos en el extranjero.