Quien fuera recordado por su última derrota, llamado así mismo como Harald Hardrada, (que significa el despiadado), su nombre secular Harald Sigurdsson, que en el nórdico antiguo quiere decir “severo“, pero que nadie se atreviera a decirlo a la cara. Es considerado un héroe de carne y hueso, viajero y luchador por el mundo medieval, que comprendía los territorios de Escandinavia, Rusia, Bizancio y Tierra Santa, eso, antes de que se convirtiera en rey de Noruega, y quien encabezaría la última invasión vikinga de Inglaterra.

Harald Hardrada, el último vikingo
Moneda de Harald como único rey de Noruega (Wikipedia commons)

Para los historiadores es considerado como el último vikingo cuando murió en el año 1066, dando final a la era vikinga, ya que los nórdicos se vieron reducidos, esto luego de haber sido conocidos por ser grandes exploradores, y su imperio del Mar del Norte, de Canuto el Grande se había despedazado y separado de los territorios de Inglaterra y Escandinavia, después de una guerra que había durado 15 años contra Dinamarca, a la que consideraban como una provincia rebelde.

Harald Hardrada, el último vikingo
Esposa de Harald (Wikipedia commons)

Harald llegó a convertirse en rey de Noruega a la edad de 15 años, su hermanastro mayor el rey Olaf murió en la batalla de Stiklestad en 1030, aunque Harald resultó herido de gravedad en esa batalla, logró sobrevivir dirigiéndose a Kiev en Rusia y servir luego al rey Yaroslav el Sabio, pero con aspiraciones de casarse con la hija del rey, llamada Elisaveta, siempre con el objetivo de regresar a Noruega y reclamar el trono.

Pero necesitaba conseguir soldados y dinero para hacerlo, vendió su espada al mejor postor, y tras años de guerra donde saqueó y conquistó, regresó a su tierra como el hombre más rico del norte de Europa y con un gran ejército que lo respaldaba, pero consiguiendo en el trono al hijo de su hermanastro Olaf, llamado Magnus, él le ofreció comprar la mitad del reino o que fueran a la guerra, y Magnus decidió sabiamente aceptar la propuesta.

Con la mitad de Noruega en su poder hasta la muerte de Olaf años después, fue así como quedó el reino de Noruega totalmente en su poder, aunque él no fue a la guerra con los daneses queriendo restablecer el imperio del Mar del Norte. Viajó a Kiev, y de ahí a Constantinopla, la capital del imperio Bizantino, para ese entonces se le consideraba la nueva Roma, la ciudad más grande del mundo en ese tiempo.

De sus batallas, las más memorables se encuentran contra los musulmanes, cristianos, paganos y contra otros vikingos, fue épica la batalla que libró durante un eclipse total de sol, y que se conoce como Stiklestad en el año 1030, que para los cristianos sería 1000 años después de la crucifixión de Cristo, y que predecían como el día que se oscureció el cielo, por lo que fue tomado como un día fatídico, considerándolo la lucha entre el bien y el mal, la batalla final del fin de los tiempos.

Harald Hardrada, el último vikingo
Foto: Wikipedia commons

Sus batallas no solo se hicieron en tierra, tuvo grandes batallas navales, con los bizantinos, una de las primeras al sur del Egeo, siendo relatada brevemente en los escritos bizantinos. Al final de sus días, lideró a los noruegos contra los daneses en la batalla de Nisa, lo que ahora es la costa sueca, y sus batallas navales eran muy diferentes a las romanas o bizantinas, porque no hundían o quemaban los barcos, sólo ahuyentaban a sus tripulantes o los mataban, ya que para ellos eran sumamente importantes las embarcaciones.

A pesar de que en ocasiones era minoría en soldados, siempre ganaba las batallas, él poseía un sentido del humor seco, y murió como debería morir todo vikingo que se respetara, en batalla y sosteniendo su espada en la mano, “fue considerado el gran vikingo entre los vikingos”.

Harald Hardrada, el último vikingo
Monumento a Harald Hardrada en Gamlebyen (Wikipedia commons)