Diversas ONG confirman el nacimiento de crías en cautiverio de esta especie, que según estudios se habían extinguido en este país.

Conocido quizá por las caricaturas, este animal es un marsupial carnívoro, con potentes mandíbulas y tan feroz que se ganó el nombre de Diablo o demonio de Tasmania”, su nombre científico es Sarcophilus Harrissi. Los últimos individuos silvestres se encuentran en la Isla de Tasmania en Australia, y desde 2008 están en la lista roja de especies en peligro que elabora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Algunos estudios indican que desapareció del continente hace unos 3000 años, sin causas exactas, antes de la llegada de los colonos europeos, apuntando que otro depredador de mayor tamaño haya sido el causante, como por ejemplo los Perros Salvajes. También fue perseguido por los ganaderos ante el ataque a las vacas, y de forma acelerada cuando en 1996 se descubrió en ellos un tipo de cáncer denominado Tumor Facial del Diablo (DFTD), que los eliminó en un 90%.

Recientemente se han logrado liberar 26 ejemplares para reconstruir la especie por parte del equipo de Aussie Ark en un área protegida, donde se conoce vivieron originalmente, “hemos trabajado incansablemente para devolver a los demonios en la zona australiana y establecer una población sostenible”. De los 26 demonios liberados, 7 son hembras reproductoras, estarán en 400 hectáreas protegidas y desde ahí se confirmó el nacimiento de 7 nuevas crías. Es relevante mencionar que cada hembra de demonio de Tasmania puede tener en cada parto un aproximado de 20 y 40 crías.

25 mil ejemplares de demonios de Tasmania

 

Reaparece el ‘demonio de Tasmania’ en AustraliaDevolver a los Demonios de Tasmania a su hábitat natural y crear una población sostenible, era un viejo anhelo. Una vez establecidos todo quedará en manos de ellos mismos y su proceso de reproducción natural.

“Los habíamos observado desde lejos, hasta que vimos conveniente que se interviniera y confirmara el nacimiento de nuevas crías salvajes”. El presidente de la organización asegura que en la isla de Tasmania solo quedan 25,000 ejemplares, se sabe que estos marsupiales carnívoros son los más grandes del mundo, además son depredadores autóctonos y carroñeros, lo que los hace mantener su entorno libre de enfermedades. Además su presencia es parte del eslabón de vida y ayudarán a controlar la población de gatos salvajes y zorros que cazan, otras especies que tienen amenaza de extinción.

“En los próximos dos años, está prevista la liberación en la misma zona de otros 20 ejemplares anuales, y si todo sale según lo planeado, los animales se reproducirán y crearán una población salvaje autosuficiente”, explican los responsables de Aussie Ark, la organización que liderea el proyecto junto a Global Wildlife Conservation and Wild Ark.

Los ejemplares liberados en el parque Barrington serán monitoreados a través de seguimiento periódico, con ayuda de collares de radio equipados con transmisores y cámaras trampa. Pretenden liberar 20 ejemplares anuales siendo una cifra importante para la conservación de la especie y estudiar esa patología que lo aniquiló en épocas pasadas.