Sería una invención de los mexicas dado la poca evidencia de su ubicación geográfica, puede dar que pensar sobre su pasado errático y menos glorioso.
La relevancia con la que cuentan los documentos históricos en torno a la cultura mexicana, en su historia oficial, se ha sobrepuesto asimétricamente al resto de las culturas originarias del territorio mexicano.
A pesar de las investigaciones y los documentos escritos en referencia a ello, aún existen imprecisiones sobre la legitimidad de la existencia de Aztlán, sitio del cual, supuestamente, llegaron los pobladores de la cuenca en el Valle de México en busca del águila devorando la serpiente.
En los libros hablan sobre la existencia del “Lugar de las garzas o de la blancura”. Existen algunas versiones que señalan su ubicación geográfica en el norte u occidente del país, y en algunos documentos como la Tira de la Peregrinación, los estudiosos no han podido determinar su localización precisa.
Todas esas imprecisiones han abierto la posibilidad de pensar que el lugar no existió, y que por el contrario, el grupo que después se convertiría en la civilización mexica siempre estuvo habitando la cuenca de México. Dicho por Eduardo Matos Moctezuma investigador emérito (INAH).
En el marco del de su 43 aniversario del hallazgo del monolito de la diosa Coyolxauhqui. Monctezuma habló sobre la relevancia que el mito ha tenido en la construcción de la historia oficial del país. A tal grado que dicho mito está plasmado en el centro de la bandera de México.
Todo trascendió gracias a un proceso de mitificación con la finalidad de demostrar “que antes de la fundación de Tenochtitlan en 1325, hubo toda una historia de la cual ellos mismo fueron protagonistas”. Aunque otro de los objetivos pudo ser querer borrar un pasado problemático e, incluso sujeto al poderío de otros señoríos que habitaron en la región.
El mito de Tenochtitlan es que un grupo de peregrinos vinieron en la búsqueda de un lugar para el establecimiento de la ciudad. Estaría asociado con el hallazgo del águila situada sobre un nopal, mientras con una de sus patas sujetaba una serpiente que estaría devorando.
Sin embargo, antes de encontrarlo, refirieron su asentamiento temporal en Coatepec o “ Cerro de la Serpiente”. El lunes 13 de enero, el INAH informó sobre el hallazgo de dicho cerro, la mística montaña puede estar ubicada en el Valle de Mezquital, es decir muy cerca a la capital tolteca.
Sin embargo, la misión de la estancia temporal según los testimonio, de acuerdo con Matos Moctezuma, puede tener otro significado. Los mexicas pudieron ser un grupo sujeto al poderío de Tula hacia los años 900 y 1000 después de Cristo, esta sociedad gozó de mayor apogeo. Existió un desacuerdo entre quienes consideraron a Coatepec el punto final de su peregrinación y las personas que buscaban otro lugar, con mayor prosperidad, para establecerse.
De hecho, la escisión entre los dos grupos puede estar representada en el mito con la batalla entre Huitzilopochtli, deidad mexica asociada con el Sol, y los 4000 surianos que representaban a la oscuridad nocturna.
De aquella victoria del dios principal sobre sus hermanos pudo ser una forma de hacer trascender la decisión de uno de los sectores por continuar con la peregrinación.
El señorío de Azcapotzalco les permitió establecerse en unos islotes del lago de Texcoco, aunque años después serían derrotados por los mexicas.
El mito pudo haber sido magnificado para confirmar que fue Huitzilopochtli quien seleccionó ese lugar, en medio de las aguas para fundar su pueblo.
Las sociedades buscan engrandecer sus pasados y mantenerlos en el recuerdo de sus habitantes y herederos. No es un rasgo exclusivo de los mexicas, pues se ha repetido en otras civilizaciones y mitos.
