El nombre en la tradición hebrea es mucho más que una identificación para diferenciar a un individuo, pues trae una historia, un significado y le da sentido a la persona, sus rasgos, su carácter y su proyección social. Pero a causa del destierro y discriminación a través de los siglos transformaron los nombres y apellidos de casi toda la humanidad.

En esta cultura hay una interacción espiritual entre el nombre y la persona, podría decirse que hay un alma, una entidad espiritual del nombre que es lo que perdurará como un símbolo para generaciones futuras. Cada nombre es un eslabón en una cadena de significados que revive al patriarca Abraham, renace en cada nuevo individuo y mantiene su tradición.

En el Génesis Rebeca tiene dos hijos mellizos de Isaac, a uno lo llama Yakov pues nace agarrando el talón de su hermano, luego Yakov lucha con un ángel y lo vence y Dios le dice: “tu nombre no será más Yakov porque has luchado con un ángel y has vencido”, ahora te llamarás Israel, su nombre toma una nueva dimensión y se transforma con un significado que acompaña esa transformación, la interacción espiritual entre el nombre y la persona es permanente.

En antiguos registros bíblicos encontramos solamente nombres no apellidos, y todos tenían un sentido como por ejemplo: Abraham-Padre de Multitudes, Aarón– Alta Montaña, Asher-Feliz Afortunado, Barak-Brillante, Barukh-Bendecido, Deborah-Abeja, Giland-Monumento Testimonial, Isaac-El que ríe, Jonás-Paloma, Noemí-Agrado-placer, Sara-Princesa-Noble Dama,  Uri-Mi luz y Zacarías-Puro.

Muchos llevan el sufijo o preposición “EL” que significa Dios, como: Elías-Dios es mi Señor, Daniel-El Señor es mi Juez, Gabriel-Dios es mi fortaleza, Nataniel-Regalo de Dios,  Rafael-Dios ha sanado.

El nombre de los Judíos es el Shem Kodesh que significa nombre sagrado, se formaba con el concepto de pertenencia a su tribu ancestral, a su clan familiar, y a su filiación, o sea a su identificación como hijo de un determinado padre.

El pueblo de Israel o los Israelitas nacen cuando Yakov o Israel engendra 12 hijos, y sus descendientes forman las 12 tribus de Israel, el nombre de la Shevet o tribu se agrega al Shem Kodesh y cuando se forman los grupos de familias dentro de cada tribu, se agrega el nombre del Mishpajat o clan, que son los grupos de familias que vienen de un mismo fundador; entonces el nombre de un israelita podría ser: Abraham mi Mishpajat Yakov mi Shevet Menashe. Luego del éxodo de Moisés en el desierto al estar ya las familias asentadas en la tierra de Canaán, aumentó la población y se identificó a los individuos como hijos de su respectivo padre y así Moshe, tuvo un hijo que se llamaría Abraham Ben Moshe, y a su vez su hijo Itzak Ben Abraham, usando el prefijo patronímico Ben que significa “Hijo”.

Para las mujeres se usaba el prefijo “Bat”, por ejemplo Débora Bat Moshe.  Ben o Bat no formaban apellidos que se transmitían en la familia sino segundo nombres para identificar a un individuo por ejemplo. Abraham Ben Moshe mi Mishpajat Yakov mi Shevet Menashe = Abraham hijo de Moisés del clan familiar de Yakov de la tribu de Menasés.

Nombres del pueblo hebreo

Durante el cautiverio de Babilonia desde el año 566 hasta el 538 a.C, la población de Israel vivió exilada en el reino de Babilonia que declaró el Arameo como una de sus lenguas oficiales y se volvió costumbre usar el prefijo patronímico arameo “Bar” en lugar del prefijo “Ben” que también significa hijo. Durante el siglo primero como símbolo filiatorio se había vuelto común, por ejemplo en el año 1032 a Simón Bar Koseva que fue el líder militar de una revuelta del pueblo Judío contra los romanos y un sabio rabino le cambió su nombre por Simón Bar kokabah = Hijo de una estrella. Shimon Bar Yochai fue un rabino prestigioso del siglo II y autor de la obra fundamental de la Kabala y la mística judía.

Nombres adoptados

Los Kinnuim son los nombres que los judíos utilizaban para adaptarse a otras sociedades con otras costumbres. Cerca del año 170 a.C al ser nombrado Sumo Sacerdote en Judea, Josué cambió su nombre a el griego Jason para estar más acorde con la cultura helenística del imperio Seleucida de Antíoco IV (Rey de Siria) que había anexado a Judea en esa época. En el siglo primero en el año 70, estalló una revuelta en Judea contra el imperio romano produciéndose la segunda destrucción del Templo de Salomón.

Los judíos a partir de ahí y en siglos posteriores, emigraron por el mundo, conocido como la diáspora del pueblo hebreo. En el siglo I algunos huyeron hacia el este haciendo crecer las comunidades Mizrajim y el mundo árabe, otros fueron al norte llegando hasta el Cáucaso y se llamaban Gruzim o Judíos Georgianos, otros se dirigieron hacia Turquía-Grecia y llegaron hasta Roma; una emigración muy numerosa fue hacia el oeste, cruzaron todo el norte de África y entraron por Sefarad España por el estrecho de Gibraltar, son los Sefaradies. Siglos después en el siglo IX o X muchos de ellos emigraron al centro de Europa y se llamaron Askenazi Alemania, formando las comunidades Ashkenazim. Al habitar distintos lugares del mundo, adoptaron diferentes idiomas, culturas, formas de vestir y otros ritos. Además del hebreo tradicional los Mizrajim hablarían árabe, los Sefardíes hablaron Ladino (forma de castellano antiguo) y los Askenazi, Yidis, un dialecto Alemán con influencia de hebreo y también adoptaron nombres más corrientes dentro de cada cultura o país.

A partir de estas movilizaciones se empezarían a usar los Kinnuim o nombres locales, los nombres sagrados o Shem Kodesh, los de su religión serían usados de forma privada en eventos significativos como el Brit Milah o circuncisión, el Bar Mitzva cuando cumplen 13 años. Es el nombre con el que se celebra la ceremonia matrimonial o Nisuin, cuando se les llama al leer los textos sagrados en la sinagoga.

Continuaremos para saber a fondo sobre la variación de los nombres hebreos o judíos a los nombres que conocemos y las causas, a veces crueles, que impulsaron esos cambios.

Nombres del pueblo hebreo

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Fuente: Pablo Briand Genealogista