En un mundo donde estamos tan visibles, al alcance de todos en un instante, en un mundo totalmente globalizado, el culto a la imagen y al cuerpo, a cómo nos vemos y nos ven, está haciendo una brecha profunda en las sociedades del siglo XXI, lo más preocupante es ver que no hacemos nada para evitarlo. En muchos casos la apariencia pretende lograr un cuerpo de pasarela desnaturalizando lo humano.

La ‘hipersexualización’ tiene que ver con un rango de belleza en función al deseo que despierta, que aparece como consecuencia lógica a esta realidad, es decir, cuanto más deseo despierte, más valor social tiene, lo peligroso es cómo se extiende en nuestras sociedades. Lo antinatural, con consecuencias al bienestar y equilibrio personal sin lógica, y cuando su deseo no se consigue, se convierte en una obsesión que le llena de frustración.

Hipersexualización infantil

Es sorprendente ver menores, y en especial las niñas, que ante la mirada pasiva del los representantes y extraños, copian actitudes desvalorizadas que no corresponden a su edad, donde acentúan un valor sexual, por encima del valor o cualidad propia del menor. Este fenómeno se extiende rápidamente y marca a nuestros niños y niñas que buscan un imposible cuerpo y “aspecto ideal”, los lleva a unos valores y principios superficiales.

En 2007 la Asociación de Psicología Americana (APA) publica un documento donde denuncia la tendencia a sexualizar a los niños y niñas en las sociedades del siglo XXI. Indica que los productos y medios destinados al público infantil usan perversamente el erotismo y el valor sexual como factores definitorios, logrando transmitir en un lenguaje subliminal que el erotismo le proporcionará grandes beneficios. Este mensaje aunque no lo creamos cala muy hondo de manera silenciosa en la mente de los menores y creen que para ser exitosos deben ser física y sexualmente atractivos.

En consecuencia la infancia natural ha cambiado, interrumpiendo el tránsito por ese período de inocencia y belleza. Los niños son atacados desde varios frentes, la TV, redes sociales, padres con malos ejemplos o permisivos, otros niños más grandes y el entorno en general.

Hablemos de la ‘hipersexualización infantil’

Consecuencias de la hipersexualización infantil

  • La identidad y autoestima se forman basadas en la imagen y la apariencia. Los menores aprenden a valorarse a sí mismos por su atractivo físico, pero al estar marcado por los medios, con criterios innaturales e insanos, se olvidan de la diversidad de la especie humana.
  • Las consecuencias son catastróficas al formar una generación de hombres y mujeres, altamente vulnerables sin autoestima.
  • El valor que le dan a una persona radica en su aspecto físico sin importar lo que como seres humanos son.
  • No alcanzar el ideal se convierte en una batalla que termina en frustración y acaba con las ilusiones de la persona.

“Como padres debemos exaltar los valores naturales, atributos y condiciones que tienen los niños, sean bellos o no, lo hermoso de las personas está dentro de sí, no solo la apariencia física”.

Hablemos de la ‘hipersexualización infantil’