Leyendo sobre los 200 años de la muerte de Napoleón Bonaparte, donde describen cómo fue su autocoronación ocurrida el 2 de diciembre de 1804, en la Catedral de Notre Dame de París, me llamó la atención que en uno de los atuendos que lució, fue una capa de armiño con incrustaciones de pequeñas abejas de oro, todas a mano. Estas fueron halladas durante el reinado de Luis XIV en la tumba de Childerico I, miembro y primer representante histórico de la dinastía merovingia, que tenía dominio en los siglos V y VIII de Francia, Bélgica, Alemania y parte de Suiza.

El supuesto vínculo entre la dinastía merovingia y María Magdalena
Foto: wikipedia commons
Detalle de abejas de oro de Childerico I

Meroveo fue rey de francos salios, pero poco se conoce sobre su vida, solo que se casó en muchas oportunidades, ya que en esta dinastía eran polígamos. Se conoce también que fue un conquistador y un expansionista, lo que le permitió incorporar los territorios que hoy ocupan en la actualidad Bélgica y parte de Alemania.

El supuesto vínculo entre la dinastía merovingia y María Magdalena
Foto: wikipedia commons
Así vio Tiziano la aparición de Jesús resucitado a María Magdalena, según Juan 20:11-18.

El vínculo de María Magdalena con esta dinastía, es una polémica que en la actualidad se sigue debatiendo, ya que la dinastía Merovingia procede de las tribus de los sicomoros, que los sitúa en territorio germánico, y luego comenzaron a denominarse francos. El motivo por el que Napoleón le hace un guiño con las abejas a esta dinastía en su coronación, se debe a que por aquellos años los vinculaban a María Magdalena, aunque esta dinastía además de las abejas tenía al oso como símbolo totémico, y era considerado sagrado.

Los merovingios eran considerados como una personificación y encarnación de la “Gracia de Dios”, por lo que se sentían similares a la de Jesús, y fueron los pioneros en llevar la búsqueda y creación de cualquier vínculo que los emparentara con María Magdalena, fue en esa época que surgía la Leyenda del Santo Grial.

Estos eran considerados reyes que reinaban pero que no gobernaban, y se llegaron a estimar más como sacerdotes, además llamados reyes vagos, acusados de practicar las artes esotéricas, por lo que se les conoció también como los reyes brujos o taumaturgos. En las investigaciones que se han realizado, se cuenta con algunos ensayos donde hablan de esoterismo, se ha dicho que los descendientes de los merovingios provienen de una supuesta relación entre Jesús de Nazaret y María Magdalena, y de la cual nació una hija llamada Sara o Sara la Negra, que emigró desde Judea hasta el sur de Francia, en donde su linaje llegó al poder del reino franco con esta dinastía.

Pero fue en el año 2006 que en un documental del programa llamado “Buscando la verdad”, en el canal de The History Channel, tras una investigación se le hizo un análisis genético a la que fuera la quinta esposa del rey Clotario I, llamada Argunde (Arnigonda), perteneciente al linaje de la dinastía Merovingia, y dio como resultado no poseer los marcadores de personas provenientes del Medio Oriente, pero su ADN mostró provenir de Europa.

Nada de ello está comprobado científicamente, pues afirmaciones de todo tipo se han realizado, muchas de ellas plasmadas en libros, incluso algunas se han llevado a la pantalla grande, en la mayoría de los casos jugando con la fe de las personas, principalmente cuando lo hacen para vender un ‘best seller‘.