Hablar de México no solo es pensar en su gastronomía, en su riqueza natural y cultural, o en su folclor, también es un país que se caracteriza por sus tradiciones y las formas en que se recuerdan eventos dignos de ser celebrados. Tal es el caso de ‘la muerte’, para los mexicanos celebrarla es un acto para recordar y honrar a todas aquéllas personas que se nos adelantaron en el camino.

Hoy les quiero platicar un poco de mi experiencia, hace tres años que vivo en México, y al acercarse el “Día de Muertos” es como si te trasladaras a otro mundo, al caminar por sus calles, ver las casas adornadas y el empeño que ponen a la ofrenda, es increíble como a pesar del paso de los años, la tradición no se olvida, aunque sí tenemos que mencionar que se han tomado elementos del festejo estadounidense, como las figuras de Halloween.

México y su tradicional Día de Muertos

Hay lugares muy emblemáticos que llevan a cabo eventos especiales para conmemorar estos días, y que año con año reciben a miles de personas para deleitarse con este festejo, y aunque se lleva a cabo en todo México, varían las formas de celebrarse, dependiendo de la región o el estado. Sin duda alguna, es una experiencia que debemos vivir al menos una vez en la vida.

Esta tradición milenaria que conecta la espiritualidad de un pueblo, no ha perdido sus raíces, es por ello que festejar el Día de Muertos es un día para valorar la memoria de los que ya no están, realizando ciertos rituales y ofrendas para celebrar sus vidas aún después de la muerte.

Se celebra el 1 y 2 de noviembre, de acuerdo con el calendario católico, el 1 de noviembre corresponde a Todos los Santos, día dedicado a los niños fallecidos, y el día 2 de noviembre a los Fieles Difuntos, es decir, a los “adultos fallecidos”.

México y su tradicional Día de Muertos

Esta celebración tiene un origen prehispánico, el culto a la muerte era uno de los elementos básicos de la cultura, donde los familiares organizaban una fiesta con el fin de guiarlo en su recorrido al Mictlán, en la visión indígena implica el retorno transitorio de las ánimas de los difuntos, quienes regresan a casa, al mundo de los vivos, para convivir con los familiares y para nutrirse de la esencia del alimento que se les ofrece en los altares puestos en su honor.

Es común ver estos altares en casas, oficinas y espacios públicos, donde se colocan ofrendas como bienvenida a los muertos, con veladoras, catrinas, el colorido papel picado, flores de cempasúchil, calaveritas de azúcar, comida típica, pan de muerto, bebida, agua, frutas y todo lo que le gustaba a los difuntos. Cuando se trata de niños que han fallecido, se colocan juguetes, dulces y caramelos, todo esto adornado con calaveritas y flores de muchos colores.

¡Y qué decir de los cementerios!, es el día que más visitas reciben estos lugares de descanso eterno, los familiares van a limpiar las tumbas, las adornan con flores y velas, y se reúnen para acompañar a sus difuntos, les rezan y en ocasiones hasta les llevan mariachi, hacen de la muerte un día para recordarlos en vida.

México y su tradicional Día de Muertos

En el año 2008, la UNESCO declaró esta festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por su importancia y significado. El Día de Muertos se considera una celebración a la memoria y un ritual que privilegia el recuerdo sobre el olvido.