Sin duda, una mujer guerrera convertida en una leyenda, y lo digo por su labor, desde salvar chimpancés hasta salvar el planeta, ya sea con panelistas globales, con grupos de acción juvenil o a través de su propio podcast local; la doctora Jane Goodall es una incansable activista en la lucha por un futuro consistente y mejor.

Ella comparte el trabajo y lo que aprende de la vida, y nos da motivos para tener esperanza, ahora más que nunca en esta época crítica y sin precedentes.

Esta mujer de 87 años, de Bournemouth, Inglaterra, solía viajar por todo el mundo dictando charla y con esto ayudaba en algo a salvar el planeta. Debido a la pandemia ha pasado este último año en su casa familiar, pero al ser una doctora en etología, además de humanitaria, conservacionista y primatóloga, no solo ha disfrutado de su casa, ha creado un podcast llamado “Hopecast que recibió el premio Templeton 2021, utilizando todas las herramientas digitales para que este año de pandemia pudiera tener la disponibilidad de continuar son su defensa del medio ambiente, y luchar contra la crisis climática.

Ante el panorama, ella ha señalado que esta pandemia ha tenido un lado positivo, y es que ha podido llegar a millones alrededor del mundo, y aunque es a nivel personal, ella espera que este sea un llamado de atención para cambiar y ser mejores personas. Y es que para Goodall, nosotros trajimos la pandemia, ya que le faltamos el respeto a animales y a la misma naturaleza.

“Necesitamos establecer una nueva relación con nuestra naturaleza y a su vez una nueva economía que sea sostenible”, para la doctora Goodall hay que hacer una advertencia recordándonos que existen algunos que aspiran a que todo vuelva a lo anterior, y que debemos recordar que los recursos del planeta cada día son más débiles, por lo que en algunos lugares se está consumiendo muy rápido, más de lo que la naturaleza puede reponer.

Jane Goodall, campeona de la esperanza

Con un planeta donde la población va en aumento, y que lleva un estilo de vida insostenible, pues consume más de lo que necesita, imaginemos si esto continua así, no quisiera pensar lo que le tocaría vivir a nuestros tataranietos. Sin embargo, estos casi dos años podríamos tomarlos como una lección de la que debemos aprender.

Para la activista, es necesario darnos prisa al crear conciencia y hacer todo lo posible por recaudar fondos, o hacer entender a la gente de alguna manera, que entre todos tenemos la misión de salvar nuestro planeta. De esta manera, su finalidad es que todos seamos partícipes, al formar parte de esta naturaleza, y si queremos seguir respirando y alimentándonos, debemos proteger nuestros recursos.

Su idea es visualizar que nuestro planeta es un gran tapiz, y que cada ser vivo que se extinga es como quitarle un hilo a ese tapiz; al paso que vamos quedará desgarrado. Sabemos que dependemos de un ecosistema saludable y si ese ecosistema no lo procuramos adecuadamente, colapsará.

Por una sencilla razón, el ser humano no es inmune a extinguirse, aprovechemos esta ventana del tiempo para unirnos y actuar. Dejemos atrás el pesimismo y la tristeza, hay que luchar por lo nuestro y seguramente nos lo agradecerá nuestra descendencia. Y tú, ¿ya pusiste tu granito de arena?

Jane Goodall, campeona de la esperanza