Un carpintero llamado Felix Böck, y a la vez ingeniero de 27 años, es gran aficionado a comer sushi; acompañado de su novia aquel día del 2016 se dio cuenta que tenía en sus manos un recurso al que podía sacarle provecho si lo reutilizaba. Y así, todo comenzó, siendo oriundo de un pueblo de los alpes alemanes, llegó a Vancouver (Canadá) de su natal Alemania a estudiar materiales de construcción sostenible en la Universidad de British Columbia.

Son 400 toneladas de madera que terminan en los vertederos cada año en el área metropolitana de la Columbia Británica, y Felix Böck decidió qué hacer con esto. La idea surgió a raíz de una cena con su pareja y fue cuando nació ChopValue, al ver con frustración la cantidad de palillos que era desechada cada año y que nadie hacía nada al respecto, miró los palillos y siguió con la expresión “aja”.

Cabe mencionar que en la ciudad de Vancouver existen cientos de restaurantes de sushi, y por consiguiente llegan a utilizar muchos palillos de madera, así como otros utensilios de del mismo material, los cuales son desechados a diario, pudiendo llegar a ser unos 100.000 de estos artículos, según datos de un estudio realizado en 2018 por Metro Vancouver, y estos en su mayoría son eliminados en un periodo de 20 minutos.

Ante este panorama, hizo su aparición ChopValue, empresa creada por este carpintero e ingeniero alemán y que sería la encargada de replicar los palillos chinos, que ya han sido usados para transformarse en artículos de primera calidad. Pueden ser utilizados en el hogar, convertidos en tablas para cortar queso, o incluso han llegado a emplearse para fabricar bibliotecas.

Esta compañía ha llegado a crear un aproximado de 30 modelos de objetos, y de otros proyectos más personalizados, todos elaborados con palillos chinos; por ejemplo, es posible fabricar una de las tantas bandejas de fiambre y para realizarlas se llegan a utilizar alrededor de 900 palillos.

Con esta novedosa iniciativa de ChopValue se han logrado recolectar hasta 33 millones de palillos solo en Canadá. Su inspiración no termina ahí, ya que sus productos se elaboran en “microfábricas”, de 5 a 6 trabajadores, que serían los encargados de hacer la recolección de palillos en todos aquellos restaurantes especializados en sushi, y a su vez fabricar los nuevos utensilios.

Este proyecto amigable con el ambiente nos trae un recordatorio para ayudar a nuestro ecosistema, y con ello impulsar a pequeños emprendedores que colaboran con el planeta, ya que de estos palillos y utensilios de madera muy usados en restaurantes asiáticos, es posible dar un segundo uso convertidos en nuevos objetos para venderse en tiendas locales.

La cantidad de palillos que se tiran a diario en Metro Vancouver era de aproximadamente 100.000, y se hizo entonces una inversión de 200 dólares en contenedores de cartón para comenzar con su programa de recolección de estos palillos. Tras los estudios realizados por Böck sobre materiales compuestos de bambú, ayudó a acelerar el desarrollo de un producto listo para el mercado.

Para los ambientalistas esta es una excelente manera de aprovechar la madera y así controlar la deforestación de nuestros bosques, la gente estaba esperando una propuesta como esta, al igual que los restaurantes, y la aceptación fue del buen uso que se le daría a diario también en los hogares.